Las sesiones individuales de DFA constituyen un proceso global que aborda el trabajo con la persona desde tres ángulos:

• una intervención manual directa en el cuerpo
• la educación del movimiento y de la conciencia corporal
• la creación de un espacio seguro para completar procesos emocionales interrumpidos y poder restaurar el equilibrio interior después de experiencias traumáticas

Al principio de cada sesión vemos cómo se relacionan las diferentes partes del cuerpo entre sí y con el eje gravitatorio. Luego, con la persona tumbada en una mesa acolchada y con la ropa puesta, trabajamos con esas formas mediante una intervención manual suave que permite:

• localizar y relajar las tensiones que causan dolor y/o mantienen fuera de la experiencia consciente partes del cuerpo y de la propia conducta

• volver a establecer las conexiones que dan acceso a la información contenida en esas formas para procesarla e integrarla
  
  
• explorar los significados asociados a las sensaciones que afloran y examinar si estos significados siguen siendo válidos en la vida actual
  
  
• recuperar la movilidad perdida
  
  
• restaurar el equilibrio interno después de experiencias traumáticas
  
  
• completar procesos emocionales interrumpidos y
  
  
• encontrar apoyo en el propio cuerpo y en el campo gravitatorio de la Tierra.