La intervención manual del DFA acompaña y guía los movimientos de la respiración para ayudar a la persona a desarrollar la sensibilidad necesaria para aprender a sentir su cuerpo. Practicante y cliente trabajan en conjunto. El/la cliente descubre cómo puede abrir los espacios interiores de su cuerpo desde dentro, mientras su practicante va esponjando los tejidos desde fuera mediante la intervención física que va deshaciendo la tensión que mantiene los movimientos respiratorios presos en un patrón de tensión habitual.
Se trata de facilitar los movimientos naturales de la respiración, sin imponer ningún ritmo externo, ni quedarse restringido por las limitaciones del patrón de tensión habitual. Mientras se gana terreno al patrón restrictivo en lo físico, respiración a respiración, pueden aflorar contenidos emocionales y mentales que la tensión mantenía por debajo del umbral de la conciencia y los sistemas de creencias que de ellos se derivan se hacen reconocibles. Si concedes espacio a las emociones interrumpidas, éstas pueden seguir su curso y puedes llegar a comprenderlas en su contexto, en vez de dejarte llevar por ellas. Descubrirás cuál será el siguiente paso a dar. Podrás contemplar tus nociones acerca de cómo crees que es el mundo, cómo crees que eres tú y qué crees poder alcanzar en la vida, en la forma que tienen en tu cuerpo, revisarlas y ponerlas al día. De este modo ganas libertad tanto en lo físico del movimiento y la respiración como en el terreno de las emociones y tu forma de estar en el mundo y moverte en la vida.